HOLA CHICOS. ESPERO QUE ESTÉN MUY BIEN. LES DEJO LAS ACTIVIDADES DE PRÁCTICAS DEL LENGUAJE Y CIENCIAS SOCIALES DE ESTA SEMANA.
PRÁCTICAS DEL LENGUAJE
Las tres plumas
Había una
vez un rey que tenía tres hijos. Los dos mayores eran arrogantes, charlatanes y
solo pensaban en divertirse. En cambio, el más joven era un muchacho al
que le gustaban las cosas sencillas, como ver la puesta del sol, comer frutas
frescas o leer un buen libro. No hablaba demasiado y era cordial, por eso, sus
hermanos se burlaban de él.
Como el rey
ya era viejo, tenía que decidir cuál de sus hijos heredaría el trono. Pero no
sabía a quién elegir. Entonces, los llamó y les ordenó:
-Quiero que
viajen por el mundo y aquel que me traiga la alfombra más fina y hermosa, será
mi sucesor.
Para que no
discutieran entre ellos, el rey buscó tres plumas, una para cada uno y las
sopló desde la torre más alta del castillo, diciendo:
-Viajarán
en la misma dirección en que salga volando cada pluma.
El viento
se llevó la primera pluma ¡FIUUUUU!, lejos, lejos, hacia el Este. El hermano
mayor la siguió y se fue hacia la derecha. El viento se llevó la segunda pluma
¡FIUUUUU!, lejos, lejos, hacia el Oeste. El segundo hermano la siguió y se fue
hacia la izquierda. Pero el viento no se llevó la tercera pluma muy lejos, ni
siquiera un poquito lejos. La revoleó por el aire en línea recta y ¡FIUUUUU!,
enseguida la pluma cayó al suelo.
Así que el
menor de los hermanos tuvo que quedarse cerquita. Un poco triste se quedó,
porque ¿cómo iba a conseguir una alfombra, si ni siquiera había salido de los
jardines del castillo? Pero cuando fue a recoger la pluma, vio que junto a ella
había una puerta levadiza. La levantó, encontró una escalera y descendió. Muy
pronto, descubrió otra puerta. Cuando golpeó, la puerta se abrió y el hermano
menor vio entonces a una gran rana sentada, rodeada de muchas otras ranitas.
-¿Qué
deseas? -le preguntó la rana grande.
-Necesitaría
una alfombra para llevarle a mi padre -le explicó el muchacho con mucha
amabilidad.
Por eso, la
rana grande llamó a una rana joven y le dijo que trajera una caja.
La rana
joven lo hizo y, cuando abrió la caja, apareció la alfombra más fina y más
hermosa de todo el mundo.
-Muchas
gracias -dijo el chico y, muy contento, subió la escalera.
Como sus
hermanos pensaban que el menor no encontraría nada, no se molestaron demasiado
en buscar una buena alfombra. Entonces, al primer vendedor que hallaron le
compraron unas alfombras viejas y gastadas. Cuando regresaron al castillo y
vieron la alfombra preciosa que había traído su hermano, abrieron la boca más
grande que no sé qué.
Y, claro,
el rey afirmó que su hijo menor sería el heredero. Pero los dos mayores empezaron
a protestar, a gritar y a pedir otra oportunidad. Y protestaron y gritaron
tanto que el rey dijo:
-Está bien.
Heredará el reino aquel que me traiga el anillo más hermoso.
Y volvió a
soplar las tres plumas desde la torre más alta para que sus hijos las siguieran.
Otra vez, el hermano mayor se fue hacia la derecha y el segundo, hacia la
izquierda. Y otra vez, la tercera voló en línea recta y ¡Fiuuu!, enseguida cayó
junto a la puerta levadiza. El menor de los hermanos bajó y le dijo cortésmente
a la rana grande que necesitaba un anillo para llevarle a su padre. La rana
ordenó traer la caja y sacó de ella un anillo de oro con piedras preciosas que
brillaba tanto y era tan hermoso que ningún orfebre del mundo podría haber
hecho otro igual. Y volvió a pasar lo mismo. Entonces el rey dijo:
-Heredará
el reino aquel que logre sorprenderme con su hallazgo.
Volvió a
soplar las tres plumas y otra vez el viento se las llevó en la misma dirección.
Y, otra vez, el hermano menor bajó y le dijo con gentileza a la rana grande que
esta vez tenía que lograr sorprender a su padre.
-¡Huy!
-exclamó la rana-. No será tan fácil hacerlo. Pero lo lograrás.
La rana le
dio una calabaza hueca con seis ratoncitos, le pidió que eligiera una de las
ranitas y le recomendó que la sentara encima de la calabaza cuando estuviera
frente al rey. El joven eligió una ranita muy simpática y volvió a subir. Una
vez más, los hermanos mayores no se preocuparon por conseguir nada interesante
y, cuando vieron al menor, abrieron la boca más grande que no sé qué. El joven
se acercó con la ranita y, en cuanto la sentó en la calabaza, esta se
transformó en una joven hermosísima; en el mismo instante la calabaza se
transformó en carroza y los ratones en caballos. Y, claro, el rey dijo que su
hijo menor sería el heredero. Se casó con la hermosa joven y fueron muy
felices. Eso sí: nadie jamás volvió a burlarse de él.
Liliana Cinetto Versión libre del cuento recopilado
por los hermanos Grimm
·
Lee el cuento y
realiza las siguientes actividades.
1. El rey del
cuento tiene tres hijos. Escribí palabras que los describan.
2. ¿Por qué el
rey utiliza las tres plumas?
3. Hace una
lista con las pruebas que tuvieron que hacer los hermanos.
4. Seguramente
el final de este cuento te hizo recordar una historia conocida. ¿Cómo se llama?
¿Se diferencian en algo?
5. Escribí las
razones por las que este cuento es maravilloso.
LES DEJO UNA AYUDITA SOBRE LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS CUENTOS MARAVILLOSOS.
CIENCIAS SOCIALES
Cuando nuestro territorio comenzó a
poblarse...
Cuando aún
faltaba mucho para que la Argentina existiera como país, el territorio donde
hoy vivimos comenzó a poblarse. Según algunos arqueólogos, los primeros hombres
y mujeres que arribaron a estas tierras lo hicieron hace alrededor de 12.000
años. Vinieron desde el norte y se fueron expandiendo hasta llegar a la actual
provincia de Tierra del Fuego.
Cazadores-recolectores y
agricultores
Los primeros
pobladores de América -y, por lo tanto, los primeros que llegaron a nuestro
territorio-eran grupos de cazadores-recolectores nómades. Es decir que cuando
los recursos naturales del lugar donde se asentaban comenzaban a faltar,
partían hacia otros sitios en busca de nuevos animales para cazar y nuevos frutos
y plantas silvestres para recolectar.
Pasaron
miles de años, y algunos grupos que vivían en el norte andino y en el centro y
este del actual territorio argentino comenzaron a desarrollar nuevas técnicas
para la obtención de alimentos, y se convirtieron en agricultores. Para cuidar
sus cultivos, tuvieron que quedarse durante un tiempo prolongado en el mismo
sitio, entonces dejaron de ser nómades para convertirse en sedentarios. Así,
con el tiempo aparecieron las primeras aldeas. Algunos de los vegetales que
cultivaban los grupos agricultores eran el maíz, la papa, el poroto, el
zapallo, el ají y el maní. En las zonas andinas del norte también criaban
llamas, ya que de ellas aprovechaban la lana y la carne, además de utilizarlas
como animales de carga.
Otros
pueblos, en cambio, continuaron siendo cazadores-recolectores o pescadores.
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